Onicomicosis: síntomas, causas y tratamiento

La onicomicosis es una de las afecciones más comunes que afectan las uñas, comprometiendo tanto la estética como la salud general de quienes la padecen. Este trastorno, provocado principalmente por infecciones fúngicas, se desarrolla de manera progresiva y puede complicarse si no se trata de forma adecuada. Aparte de ser un problema de salud, la onicomicosis afecta la confianza y la comodidad de las personas en su vida diaria, especialmente en actividades que exponen las uñas.
Comprender los síntomas, las causas subyacentes y las opciones de tratamiento disponibles es fundamental para enfrentar esta condición con eficacia. En este texto exploraremos en detalle las manifestaciones clínicas de la onicomicosis, los factores que la desencadenan y las alternativas terapéuticas más comunes, ofreciendo una guía completa para quienes buscan recuperar la salud de sus uñas y prevenir recurrencias en el futuro.
Síntomas de la Onicomicosis
La infección se desarrolla de manera gradual, y los síntomas pueden diferir dependiendo del tipo de hongo y de la intensidad de la infección. Identificar estos síntomas es clave para realizar un diagnóstico precoz y aplicar un tratamiento adecuado.
- Cambio en el color de la uña:
Las uñas afectadas suelen adquirir tonalidades amarillas, marrones o blancas opacas. Este cambio comienza generalmente en los bordes y avanza hacia el centro de la uña.
- Engrosamiento de la uña:
Una de las características más notables es el aumento en el grosor de esta parte del cuerpo, lo que dificulta su corte y genera incomodidad al usar calzado ajustado.
- Fragilidad y deformación:
Las uñas infectadas tienden a volverse quebradizas, con bordes irregulares, y en algunos casos, presentan deformidades que alteran su forma natural.
- Separación de la uña del lecho ungueal:
En etapas avanzadas, la uña se despega parcialmente de la piel subyacente, lo que se conoce como onicolisis. Es probable que este proceso venga acompañado de molestias o una sensación de presión.
- Mal olor:
Cuando la infección progresa, es común que las uñas desprendan un olor desagradable, resultado de la acumulación de residuos y la actividad fúngica.
- Dolor o incomodidad:
Aunque en sus etapas iniciales no suele causar dolor, la infección avanzada genera molestias al caminar, manipular objetos o realizar actividades diarias.
Causas de la Onicomicosis
Esta afección es causada por diferentes tipos de microorganismos, incluyendo hongos dermatofitos, levaduras y mohos no dermatofitos:
- Infección por dermatofitos:
Son la causa más común de onicomicosis. Estos hongos prosperan en ambientes cálidos y húmedos, como los interiores de los zapatos, y se alimentan de la queratina, una proteína presente en las uñas.
- Levaduras como Candida:
La levadura del género Candida infecta las uñas, especialmente en personas con sistemas inmunológicos comprometidos o que mantienen sus manos en ambientes húmedos por largos períodos.
- Trauma o daño en la uña:
Los daños en las uñas o en su base favorecen la penetración de los hongos. Actividades que implican presión o golpes repetidos, como correr, aumentan el riesgo.
- Condiciones médicas preexistentes:
Personas con diabetes, enfermedades vasculares periféricas o sistemas inmunológicos debilitados tienen mayor probabilidad de desarrollar onicomicosis debido a su menor capacidad para combatir infecciones.
- Higiene deficiente:
El uso de calzado cerrado durante largos períodos, compartir herramientas para el cuidado de uñas sin desinfectar, o caminar descalzo en lugares públicos como piscinas y vestuarios favorece el contagio.
- Edad y predisposición genética:
La incidencia aumenta con la edad debido a una menor regeneración celular y flujo sanguíneo reducido hacia las extremidades. Algunas personas tienen predisposición genética a las infecciones fúngicas.
Tratamiento de la Onicomicosis
El tratamiento de la onicomicosis depende de la gravedad de la infección, el tipo de hongo y la respuesta individual del paciente. Existen diversas opciones terapéuticas que incluyen medicamentos, procedimientos médicos y enfoques complementarios.
- Tratamiento tópico:
Los antimicóticos tópicos, como lacas o cremas, se aplican directamente sobre la uña afectada. Estos productos son efectivos en infecciones leves o moderadas y suelen contener principios activos como ciclopirox o amorolfina.
- Tratamiento oral:
En casos más avanzados, los médicos recetan medicamentos antifúngicos orales como terbinafina o itraconazol. Estos fármacos actúan desde el interior del cuerpo y requieren un seguimiento médico debido a posibles efectos secundarios.
- Eliminación de la uña afectada:
En infecciones severas, podría ser necesario retirar la uña parcial o totalmente. Este procedimiento se realiza para eliminar el tejido infectado y permitir que una nueva uña sana crezca en su lugar.
- Terapias con láser:
La tecnología láser se utiliza para destruir los hongos sin dañar el tejido circundante. Este tratamiento es menos invasivo, aunque requeriría de varias sesiones y no está disponible en todos los centros médicos.
Medidas complementarias:
- Mantener las uñas cortas y limpias.
- Usar calzado transpirable y evitar materiales sintéticos que retengan la humedad.
- Desinfectar regularmente herramientas de manicura y pedicura.
Prevención de recaídas
La onicomicosis es una afección persistente que, incluso después de un tratamiento exitoso, puede reaparecer si no se adoptan las medidas preventivas adecuadas. Mantener una buena higiene es fundamental, lo que incluye lavar y secar minuciosamente los pies y manos, especialmente después de actividades que impliquen exposición a humedad. Usar calcetines fabricados con materiales naturales como el algodón o la lana permite una adecuada transpiración, reduciendo el ambiente propicio para el crecimiento de hongos.
Es esencial evitar caminar descalzo en superficies húmedas y compartidas, como duchas públicas, piscinas o gimnasios, ya que estas áreas suelen ser focos de contagio. Complementar estas acciones con el uso de calzado transpirable y desinfectar regularmente las herramientas de manicura y pedicura va a minimizar significativamente el riesgo de recaídas, ayudando a mantener unas uñas saludables y libres de infecciones.
Conclusión
La onicomicosis no es solo un problema estético; es una afección que impacta significativamente el bienestar físico y emocional de quienes la padecen. Pese a que sus síntomas iniciales pueden pasar desapercibidos, su progresión exige atención oportuna y un enfoque integral para su manejo. Identificar las causas y adoptar medidas preventivas es clave para evitar nuevas infecciones y garantizar el éxito de los tratamientos empleados.
El cuidado constante, la atención médica profesional y los hábitos saludables son fundamentales para mantener la salud de las uñas a largo plazo. Si bien el tratamiento podría ser prolongado, la combinación de esfuerzos asegura una recuperación efectiva, permitiendo que las uñas vuelvan a ser fuertes, funcionales y libres de infección.